Los últimos datos sobre el aumento del paro en agosto -casi 58.000 personas, el mayor en los últimos 11 años, especialmente en la construcción- han devuelto la economía al centro del debate político. La primera sesión de control en el Congreso tras las vacaciones confirmó el anuncio del PP de que la economía será uno de los ejes de la larguísima precampaña electoral. Por tres frentes atacó la oposición: al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero; al vicepresidente económico, Pedro Solbes, y a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que tuvo ayer ración doble de ataques y reclamaciones de dimisión por la crisis de las infraestructuras catalanas. El Gobierno, en especial Zapatero, respondió con una catarata de cifras para demostrar que no sólo la economía va bien, sino que la gestión es mucho mejor que la del PP. Mientras Ángel Acebes mostraba un gráfico con la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, Zapatero exhibía los 2,7 millones de empleos creados. El PP trató de llevar las contradicciones dentro del Gobierno evidenciadas en los últimos días en sus preguntas a Solbes, pero el vicepresidente esquivó los golpes con ironía, apelando a que él tiene una forma de explicarse que hace difícil que le interpreten bien. Magdalena Álvarez, mientras, insistió en la promesa de que el AVE llegará a Barcelona en diciembre. Las dificultades de la negociación presupuestaria se trasladaron a la sesión. Gaspar Llamazares, de IU, tradicional socio del Ejecutivo, lanzó un discurso duro contra Zapatero al que acusó de sufrir el síndrome de La Moncloa, que le impide conocer la realidad social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 13 de septiembre de 2007