Aunque el Peine del viento, de Chillida, es uno de los iconos de Euskadi y San Sebastián, su instalación hace 30 años se produjo ante el desinterés ciudadano y el vacío institucional. Las instituciones vascas repararon ayer el descuido con la inauguración oficial. En presencia de sus familiares, se homenajeó al artista y a sus colaboradores, el arquitecto Peña Ganchegui y el ingeniero José María Elosegui (a la derecha).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 17 de septiembre de 2007