En busca de aliados dentro del convulso equipo McLaren, Fernando Alonso llegó a ofrecer a sus mecánicos una recompensa individual de 1.000 euros por carrera. La cifra no era fija, oscilaba en función del puesto obtenido por el campeón y estaba supeditada a que se clasificara por delante de su compañero, Lewis Hamilton. McLaren, al conocer la oferta del español, obligó a sus empleados a devolver el dinero, que recibieron, por primera y única vez, en el GP de Alemania.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 18 de septiembre de 2007