Puesto que los trenes se llaman "de cercanías" y de las dos administraciones en cuestión (central y autonómica), la más cercana al ciudadano es esta última; la evidencia del sí es aplastante. Sernagoras.
Sí, que se los den cuanto antes para que puedan revenderlos a terceros y a unos cuantos politicones les salgan los billetes por las orejas. El servicio será igual o peor, pero más caro, y cada autonomía hará de su capa un sayo para hacernos más diferentes. Moski.
Cuando la gestión de un servicio centralizado es transferida, sea la de los trenes de cercanías u otra, debería hacerse a todas las comunidades. De lo contrario, surgen agravios comparativos entre autonomías. Y el panorama territorial de este país no necesita de más conflictos gratuitos. Tonelete.
Nadie ha explicado por qué un ferrocarril va a funcionar mejor si se le transfiere a una comunidad autónoma. A los que todavía pensamos que el Estado es el mejor invento de los últimos siglos nos duele, no que se transfiera un servicio, sino que se dé por sentado que el Estado es intrínsecamente incapaz de gestionar nada. Alfie.
Las autonomías se han convertido en auténticas satrapías. Ahí está la Comunidad de Madrid, donde Esperanza Aguirre amenaza con no aplicar disposiciones y leyes aprobadas por el Parlamento español. O Navarra, satrapía del Opus y Miguel Sanz. Que las comunidades gestionen los trenes de cercanías puede conducir a incrementar las diferencias que ya existen entre los ciudadanos españoles. Abinet.
No creo que una transferencia más vaya a modificar en nada la configuración del Estado. Si los catalanes creen que ellos van a gestionar mejor sus trenes de cercanías, ¿por qué no dárselos? Y si otras comunidades también lo creen, pues igual. Talia666.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 19 de septiembre de 2007