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EL FIN DE LEGISLATURA MÁS COMPLICADO | La política social del Gobierno

El Parlamento, a todo gas

Las próximas semanas serán decisivas para el porvenir de una veintena de leyes que aguardan su turno en el Congreso de los Diputados. Mejor lo tienen las que están ya tramitándose en el Senado y cuyas posibilidades de entrar en vigor antes de que se disuelvan las Cortes son totales.

La fecha electoral manda por lo que cuando los parlamentarios abandonen sus escaños el 30 de diciembre, estos quedarán vacios hasta que se constituyan las nuevas Cortes que surjan de las elecciones de marzo del próximo año.

Por tanto, las leyes que no se aprueben en el Congreso antes del 30 de octubre, para que sigan la tramitación en el Senado y vuelvan en diciembre, ya no verán la luz. Aunque todas las leyes son hijas del Gobierno no a todas se las quiere igual. Por ejemplo, no hay la menor duda de que la ayuda por nacimiento de un hijo saldrá en todos los casos.

La Ley de Memoria Histórica es otra de las que el Gobierno tiene como preferidas aunque en este caso ya no depende tanto del Ejecutivo sino del interés del resto de los grupos. Si insisten en que sólo la apoyarán si se declaran nulos los juicios del franquismo, entonces, no habrá ley.

La Ley del Cine y la de Desarrollo Rural tienen muchas posibilidades de ver la luz. No así la Ley Orgánica del Poder Judicial, que a su complejidad se une la oposición tajante del PP y de los nacionalistas, por razonas diferentes. La Ley de Adopcion Internacional y del Mercado Hipotecario están en lista de espera junto al Estatuto de Canarias y de Castilla y León. Las posibilidades del segundo son mayores que las del primero.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 20 de septiembre de 2007