Representantes de cuatro delegaciones europeas (París, Bruselas, La Valetta y Riga) espiaron ayer desde un autobús algunas de las principales propuestas artísticas que agitaron Madrid. Todas celebran su propia Noche en Blanco entre agosto y octubre. En La Valetta, por ejemplo, acuden unas 100.000 personas al evento. La actividad más exitosa es lo que llaman Sex in the city (Sexo en la ciudad), un itinerario por los lugares relacionados con la prostitución.
A las representantes de Bruselas, que tienen su cita la próxima semana, les interesan sobre todo las medidas para fomentar la participación de la gente. En la capital belga se desarrollan fiestas en espacios abiertos y originales, como viejas estaciones y lugares normalmente vetados al público. París está interesada sobre todo en la comercialización de La Noche en Blanco, en cómo hacer llegar la oferta a los ciudadanos. Para esta edición han ampliado sus actividades. Hasta ahora se centraban en artes visuales, pero este año esperan incluir también conciertos y otro tipo de intervenciones.
La delegación de Riga quiere saber cómo fomentar la participación de las personas mayores de 30 años en sus actividades. Sus tres representantes probaron ayer por primera vez el jamón en la recepción que organizó el alcalde en el Centro de Información Turística de Colón. Mientras, el regidor madrileño invitaba a los ciudadanos y visitantes de la capital a ser "no sólo un espectador, sino protagonista".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 23 de septiembre de 2007