Desde hace más de una década, el concepto anglosajón de máster, un programa de especialización para los licenciados, está completamente asumido y extendido en España. Pero se trataba de títulos propios de las universidades, entidades privadas o en colaboración de ambas, es decir, tenía en el mercado de trabajo la importancia (normalmente mucha) que el empleador quisiera darle, y no tenía validez dentro del catálogo de títulos reconocidos oficialmente (los pertinentes para acceder a un puesto público, por ejemplo).
Pero ahora, con la adaptación al espacio común europeo de universidades, ese catálogo oficial ha asumido ese formato de máster. Con una duración de uno o dos cursos, unas características similares a los títulos propios que ya existían (y que seguirán existiendo) y un precio de matrícula fijado por el Estado (entre 798 y 1.400 euros al año), los universitarios españoles ya tienen a su disposición desde el curso pasado estos másteres oficiales.
Este año 2007-2008, la oferta es 1.783 programas. Los másteres están concebidos para especializarse en un área concreta, para unir distintas áreas conectadas de alguna manera, o para poder responder rápidamente a las nuevas necesidades de formación que vayan exigiendo los conocimientos o los trabajos más novedosos.
Desde acuicultura hasta simulación numérica o planificación ambiental, la oferta se puede ir renovando, dependiendo de las necesidades en cada momento. El Gobierno ofrece préstamos para cursarlos, a interés cero y que no se tienen que empezar a devolver hasta que el alumno esté trabajando y cobrando 22.000 euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 24 de septiembre de 2007