Las plantas de General Motors en Estados Unidos retomaron ayer por la tarde la actividad después de que el principal sindicato del automóvil cerrara bien entrada la madrugada un acuerdo con la dirección de la compañía, poniendo fin a escasamente dos días de huelga, la primera en 37 años.
GM deja en manos de los empleados la gestión de sus planes de cobertura sanitaria durante la jubilación. El anuncio sentó bien a Wall Street y a los títulos de la compañía. Las acciones del gigante de Detroit subían a media jornada en torno a un 7%, después de que GM y el sindicato United Auto Workers (UAW) pactaran las bases de un nuevo contrato que cubrirá a 74.000 empleados en todo el país, en el marco del proceso de reestructuración que hace frente la automovilística. El acuerdo incluye un mecanismo por el que GM sustituirá buena parte de los trabajadores actuales por empleados con salarios más bajos, para equipararlos a los de su rival Toyota.
La compañía lleva tres décadas negociando con el sindicato la manera de adaptarse a la nueva realidad competitiva del sector. Con este acuerdo se crea un fondo al margen de los libros contables de GM, al que la compañía aportará unos 35.000 millones de dólares (24.752 millones de euros) y que será gestionado por la UAW.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 27 de septiembre de 2007