El consejo de administración de la CAM (Caja Mediterráneo) decidió ayer por unanimidad analizar en profundidad todas las posibles consecuencias de una eventual emisión de cuotas participativas (que cotizan en bolsa), así como de sus posibilidades y variables.
La decisión se produjo a raíz de que el director general de la entidad, Roberto López, informara sobre las características de este instrumento financiero que despierta no pocos recelos entre sindicatos, que temen que esta opción abra la puerta a una futura privatización de la caja, pero también entre algunos consejeros. En el debate realizado ayer, de hecho, intervinieron prácticamente todos los consejeros, algunos de ellos mostrando sus reservas sobre un proceso en el que no hay experiencias previas. Y aunque inicialmente la dirección de la CAM pretendía agilizar el proceso y sacar a bolsa las cuotas participativas antes de final de año, ayer el consejo marcó un ritmo más lento, a un paso que hay que madurar más y reflexionar sin prisas dada su trascendencia. La dirección tratará de tener una respuesta al encargo en el próximo consejo de administración, y se da por hecho que, de decidirse finalmente iniciar el proceso, su concreción se dilatará varios meses.
La caja explicó que el consejo decidió estudiar en profundidad este paso tras valorar las garantías que contempla la ley 44/2002 y que, entre otras cuestiones, garantiza que la dotación a la Obra Social de las entidades que emitan cuotas participativas no se verá comprometida o que el proceso no pone en riesgo el modelo de cajas. La dirección se comprometió a que sólo hará una propuesta firme si hay un acuerdo general en la CAM.
La dirección de la caja manejaba inicialmente emitir cuotas por alrededor del 25% del valor de la entidad, unos 1.500 millones de euros, pero si finalmente la opción se aprueba, la cifra será inferior, según fuentes de la entidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de septiembre de 2007