La Bolsa española ofreció ayer un catálogo completo de intenciones y posibilidades en el que las dudas de los inversores ocupaban un lugar destacado. Al final de la sesión, el Ibex 35 quedó en 14.581,60 puntos, una zona neutra en la que pesaban más las intenciones que la capacidad real de acometer nuevas subidas.
El Ibex 35 llegó a superar los 14.700 puntos, lo que suponía dejar atrás la resistencia de los 14.600 para encarar nuevos proyectos, pero los datos macroeconómicos parecían pronosticar nuevas incertidumbres a uno y otro lados del Atlántico. Al cierre, el avance del Ibex 35 fue del 0,47%, uno de los más bajos entre los mercados de valores europeos, mientras que los valores medianos ganaban el 1,16% y los pequeños bajaban el 0,25%, datos que en conjunto dan una idea muy aproximada del desconcierto de los inversores en la jornada.
Entre los datos macroeconómicos figura en primer lugar el de la masa monetaria de la eurozona, dinero en manos del público y diversos activos a corto plazo, que creció en agosto a un ritmo del 11,6% y que va a meter presión al BCE para que suba los tipos.
En Estados Unidos se publicó el dato definitivo del PIB del segundo trimestre, que queda en el 3,8% y rebaja dos décimas al dato provisional, junto con el dato de venta de viviendas nuevas en agosto, que registran la caída más fuerte en siete años, con lo que se elevan las expectativas de recorte de tipos y abren un abismo entre las expectativas de la eurozona y las de Estados Unidos. Al tiempo, la Fed tuvo que inyectar 38.000 millones de dólares al sistema para atajar problemas de liquidez. Wall Street reaccionó con un moderado avance del 0,25%.
La situación de los mercados de valores es todavía muy compleja, incluso considerando tan sólo las dudas sobre la evolución de los tipos de interés a medio plazo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de septiembre de 2007