Tras un informe en el que se reconoce que la guerra de Irak está agotando los medios y las energías de las Fuerzas Armadas, el Pentágono ha pedido al Congreso 42.300 millones de dólares (unos 30.000 millones de euros) extraordinarios para continuar ese conflicto y el de Afganistán. Si esa cantidad es aprobada, la suma requerida por la Administración para la guerra en 2008 se elevaría a 190.000 millones de dólares, un 15% más que el año vigente. El total destinado a Irak y Afganistán desde el 11-S superaría así los 800.000 millones de dólares.
Los demócratas han puesto el grito en el cielo ante estas escandalosas cantidades de dinero para una guerra de la que el general David Petraeus, jefe de las fuerzas en Irak, no pudo asegurar hace pocos días que esté contribuyendo a la seguridad de EE UU, y han prometido una dura pugna en el Capitolio para su aprobación. Pero, como en ocasiones anteriores, no es probable que los demócratas cuenten con los votos suficientes para impedirlo.
Mucho menos, si el Pentágono consigue convencer a los republicanos sobre el delicado estado en el que, aparentemente, se encuentra el Ejército. "Las demandas que tienen actualmente nuestras fuerzas exceden a los medios con los que contamos", informó el miércoles al Congreso el general George Casey, jefe del Estado Mayor.
"Estamos consumidos por la exigencia de cumplir con los conflictos actuales y somos incapaces de disponer de fuerzas listas para actuar tan rápidamente como sería necesario en otras potenciales contingencias", advirtió Casey.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 28 de septiembre de 2007