Me llama la atención la polémica que se ha generado sobre el tema de la bandera nacional en las instituciones oficiales.
A mí, personalmente, es un tema que me deja fría. Pero puestos a opinar, diré que este verano he pasado más de un mes recorriendo Francia, y en todas partes he visto ondear la bandera francesa. No me ha parecido raro y no me he dado cuenta de si, además, había alguna bandera "nacionalista". Creo que a los franceses eso les trae bastante sin cuidado. Y para mi gusto, Francia es un país democrático y progresista como hay pocos, por lo que siempre he considerado que su estilo es un modelo a seguir.
Como anécdota diré que en algún lugar del desembarco de Normandía vi la bandera española junto a las de Francia, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra... A ellos no les importa añadir banderas donde haga falta. Me consta que la presencia de la española no es precisamente por la participación de España en la contienda, sino por la de los españoles que se unieron a la causa frente a Alemania. Chapó por los franceses.
Si la Constitución dice que la bandera nacional debe ondear en los organismos oficiales, no creo que haya que debatir mucho sobre ello. Y los nacionalistas, si quieren, que hagan ondear la suya.
Lo que sí es debatible es que este tema, que se arrastra desde hace años, tenga que salir a relucir ahora por parte de un partido que, por cierto, nunca hizo nada para evitarlo. Más aún me preocupa que la oposición no tenga nada mejor que hacer que dedicarse a denunciar una por una a las instituciones que incumplen. ¿No pueden dedicarse a algo más productivo? ¿O es que no tienen nada que ofrecer?
Estamos en tiempo preelectoral, y tendremos que acostumbrarnos a nimiedades como estas para distraer la atención del electorado, para que no piense en cosas más importantes. Esto me recuerda a unos tiempos en los que los toros o el fútbol evitaban que el pueblo se enterara de problemas mucho más cruciales.
Si éste es un foro adecuado, me gustaría transmitir mi deseo de que seamos más coherentes, más sensatos y menos "sensacionalistas", de forma que no hagamos un mundo de una simple anécdota. ¿Puedo pedir un poco más de sentido común.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de octubre de 2007