La política ha hecho encallar de nuevo la fusión de las cajas vascas. El PSE-EE anunció ayer en Vitoria que el proyecto para crear una caja única entre la BBK, la Kutxa y la Vital vuelve al cajón. Los socialistas aseguran que el anuncio del lehendakari, Juan José Ibarretxe, el pasado viernes de realizar una consulta popular ha generado "desconfianza en las relaciones políticas" e impide un acuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas en este proyecto. Sin el apoyo socialista, dada la negativa reiterada del PP, la fusión no puede llevarse adelante, dado que los nacionalistas están en minoría en la Caja Vital.
Los presidentes de las cajas, Xabier de Irala (BBK), Carlos Etxepare (Kutxa) y Gregorio Rojo (Vital), volvieron a asegurar ayer en un comunicado que la fusión, acordada por ellos en 2005, es "una operación empresarial y de creación de valor económico y social". Ayer volvieron a reiterar que el proceso es "irreversible" y pidieron a los políticos "consenso" en "este tiempo de incertidumbre que se ha abierto". Una caja vasca fusionada se colocaría en el quinto lugar en la clasificación de entidades financieras españolas.
Los números de la integración indican que la nueva caja sumaría 47.259 millones de euros en recursos, con una plantilla de 5.981 empleados y una red de 799 oficinas. Esto permitiría impulsar la cartera industrial, que sumaría participaciones del 68,8% en Euskaltel, el 45,6% de CAF, el 31,35% de Europistas o el 24,4% del Guipuzcoano.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2007