El máximo histórico conseguido por la Bolsa de Nueva York en la sesión del pasado lunes dio tranquilidad a los mercados europeos y les impulsó con fuerza, al menos en la primera parte de la jornada.
Ese buen momento conjunto de los mercados fue aprovechado por la Bolsa española para poner al día la cotización de algunos valores desgastados por la crisis, en particular los bancarios, lo que permitió al Ibex 35 superar los 14.800 puntos en algunos momentos.
Al cierre, el principal índice de la Bolsa española subió el 1,28% y quedó en 14.790 puntos, lo que significa que se ha superado la resistencia de los 14.600 puntos y que ahora depende de la confianza de los inversores el lograr aproximarse a los 15.000 puntos.
La Bolsa de Nueva York, que había aportado el impulso para esta subida, abrió con las lógicas retiradas de beneficios que hicieron mella en el ánimo de los inversores europeos, hasta el punto de que sólo la Bolsa española consiguió subir más del 1%, algo natural si se considera que también es la más retrasada en cuanto a las ganancias anuales acumuladas.
Para los inversores españoles, había algunas razones extra para apostar por sus valores, ya que la tasa de paro descendió en septiembre y disipa algunos temores sobre la inminencia de una crisis económica que, no obstante, todos se toman bastante en serio.
La contratación del Mercado Continuo descendió hasta los 6.972,41 millones de euros, aunque las operaciones del "mercado abierto", las que fijan los precios, ascendieron hasta alcanzar los 5.460,55 millones de euros.
En la eurozona se conoció el índice de precios industriales de agosto, con un incremento del 0,1% y del 1,7% interanual, que sirve para rebajar las tensiones respecto de los tipos de interés con vistas a la reunión que el BCE celebrará mañana jueves.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de octubre de 2007