El técnico del Valencia, Quique Flores, confía en las rotaciones para que sus jugadores no lleguen exprimidos al final de la temporada. Pero hay un valencianista que se libra, David Silva. A pesar de que arrastra molestias en su tobillo izquierdo, ha jugado todos los partidos de la Liga y la Champions, y los últimos tres con España. Es indispensable en el once de Quique, que recibe al Espanyol, y uno de los fijos para Luis Aragonés. Ambos asumieron ayer el compromiso de mimar al canario, de 21 años y que este curso ha disputado ya 300 minutos más que, por ejemplo, Messi y Raúl.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de octubre de 2007