En respuesta a la carta de Anaí López Ballesteros (publicada el 4 de octubre), quiero decir que estoy en absoluto desacuerdo y que da la impresión de que en la actualidad lo que importa es protestar, por lo que sea, pero dejarse ver protestando por algo.
Sinceramente y viendo el anuncio más de una vez no veo que pueda haber mala intención en poner una voz femenina a la tentación de la cocaína. Es más, me inclino a que instintivamente los publicistas le pusieron voz femenina debido a que el tema principal (drogas) y el ejemplo puesto de una de ellas (cocaína) son palabras femeninas. Así, pienso que no hay que darle demasiadas vueltas a veces a las cosas, ya que si hacemos así con todo y pensamos siempre mal nada ni nadie en esta vida estaría libre de sospecha. Entonces, disfrutemos del anuncio, el cual creo cuando menos nos hace pensar un poquito.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de octubre de 2007