Cuando al Gobierno de Aznar se le ocurrió colocar una monumental banderola de España en la plaza de Colón de Madrid, muchos advertimos que eso podría ser el principio de una loca carrera de despropósitos. Leiter.
Ninguna. Que quede bien claro, ninguna. Los únicos nacionalismos políticos actualmente existentes en España son el vasco y el catalán. Romario.
Las expresiones nacionalistas que me preocupan no son las de unas docenas de personas quemando fotografías, sino las de esos millones de personas que han reaccionado con un patriotismo inconcebible. Veo con pánico que no sólo la derecha, sino también la izquierda se va apuntando al neoespañolismo. Pan-cho.
Igual de abominable es el patrioterismo centralista que los periféricos. Todo lo que sea exacerbar los ánimos patrióticos y elevar a la categoría de sacrosantos los símbolos patrios supone un peligro manifiesto. En cuanto a los sentimientos españolistas que han despertado los últimos acontecimientos, creo que son perfectamente entendibles. La radicalización de unas posturas tiene el efecto de radicalizar las contrarias. Es lógico que mucha gente haya reaccionado a tanta tontería soberanista con un fuerte sentimiento de repulsa. Talia666.
Depende de la noción de España que se tenga. Si el nacionalista español se reconoce en una nación integradora donde la pluralidad y diversidad se consideran una riqueza, su expresión será la de preocupación ante todos los nacionalismos excluyentes, disgregadores y radicales, sean éstos centralistas o periféricos. Si, por el contrario, se trata de un nacionalista español ultrapatriota, uniformador y fundamentalista, su expresión será de agresividad ante todo lo que signifique diferencia y heterogeneidad. Tonelete.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 8 de octubre de 2007