Los estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Deusto pueden realizar prácticas de laboratorio desde cualquier lugar con el único requisito de tener una conexión a Internet. Se trata de los laboratorios remotos, una experiencia que sus impulsores, los profesores Luís Gomes y Javier García Zubía, han recogido recientemente en un libro. Desde que el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) creó el primero en 1996, los conocidos como weblab o e-lab se han ido extendiendo por las universidades de todo el mundo. El de Deusto destaca por ser el único que emplea técnicas de web 2.0 (páginas, como los blogs, que facilitan la participación del usuario).
Los laboratorios remotos reducen los costes y el tiempo dedicado a su mantenimiento; permiten que el estudiante tenga la instalación disponible las 24 horas del día y no requieren de tanto personal. "Está en consonancia con los principios del Espacio Europeo de Educación Superior, porque el estudiante gestiona su tiempo de manera más abierta", dice García Zubía.
Este profesor recalca que los weblab "no sustituyen a los laboratorios reales, sino que los refuerzan". "Son tan virtuales que los estudiantes no sienten que manejan un equipo real. Tienen que seguir tocando los equipos, conociéndolos con todos los sentidos", matiza. Una práctica para la que se utiliza el laboratorio remoto es programar microcontroladores. El estudiante escribe en un chip un código que tiene que provocar una reacción determinada en un robot del laboratorio conectado a Internet. Una cámara web permite comprobar si el robot se ha encendido.
Desde 2001
Deusto puso en marcha su portal (http://weblab.deusto.es) en el curso 2001-2002. Este año se empleará en cinco asignaturas, pero García Zubía espera que pronto la tecnología sea un servicio integrado en la universidad privada, como el campus virtual. "Es la última barrera que queda para que los estudiantes puedan acceder virtualmente a todos los recursos didácticos de la universidad", afirma.
Los weblab son una herramienta potente para facilitar la educación a distancia, la formación continua y el acceso a la educación en comunidades indígenas, añade García Zubía. Una de sus aplicaciones más atractivas son las experiencias entre países. Así, el alumnado de Deusto ha podido acceder al e-lab del MIT. La UE está apoyando la creación de una red de investigadores que desarrollarán una tecnología común para implementar los laboratorios remotos en los países miembros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 9 de octubre de 2007