Las modificaciones de última hora de la Ley de Memoria también han mejorado la parte de archivos y de fosas comunes. En archivos, ha habido un cambio fundamental en el último minuto: "1. A los efectos de lo previsto en esta ley, se garantiza el derecho de acceso a los fondos documentales depositados en los archivos públicos y la obtención de las copias que se soliciten. 2. Lo previsto en el apartado anterior será de aplicación, en sus propios términos, a los archivos privados sostenidos, total o parcialmente, con fondos públicos. 3. Los poderes públicos adoptarán las medidas necesarias para la protección, la integridad y catalogación de estos documentos, en particular en los casos de mayor deterioro o riesgo de degradación".
En la primera versión sólo tenían derecho a ese acceso "a los interesados y a sus herederos". Además, ponía un límite para evitar que los documentos identificaran "a los autores o a otras personas intervinientes en los hechos o en las actuaciones jurídicas", es decir, a los verdugos, algo que las asociaciones de derechos humanos calificaban de impunidad.
En cuanto a las fosas, la ley insiste en que hay que tener en cuenta la oposición de algunos familiares, pero ya no dice "especialmente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de octubre de 2007