La falta de pericia con la espada impidió a Alejandro Talavante salir por la puerta grande de la plaza de toros de Jaén. El diestro madrileño se tuvo que conformar con el reconocimiento del público, que le gritó "torero, torero" tras su emocionada y alterada faena a su segundo, que le cogió por dos veces aunque, milagrosamente, salió airoso de ambos trances pese a ser empitonado en varias ocasiones. El primer revolcón lo sufrió cuando hacía un estatuario y el segundo cuando dejó el capote a un palmo del toro. Terminó la faena con una serie de manoletinas que pusieron al público en pie. En su primero ligó una serie de muletazos a media altura a un toro con poca fuerza y la faena fue de menos a más, aunque no le faltaron adornos. Su asignatura pendiente, la espada, le dejó sin trofeos, aunque el próximo jueves tendrá una nueva oportunidad para desquitarse al ofrecerle la empresa ser el sustituto del accidentado Enrique Ponce.
Buenavista / El Fandi, Talavante, Curro Jiménez
Seis toros de Buenavista: mal presentados, nobles, descastados y mansos. El Fandi: estocada (oreja); media estocada y descabello (oreja). Talavante: tres pinchazos, estocada honda y tres descabellos -aviso- (silencio); pinchazo y estocada (oreja). Curro Jiménez: estocada trasera y dos pinchazos (ovación y vuelta al ruedo); estocada trasera (dos orejas). Plaza de Jaén, 14 de octubre, 2ª de feria. Casi lleno.
Junto a la expectación que siempre levanta Talavante, uno de los toreros de moda, la segunda de feria en Jaén tenía los alicientes de ver tomar la alternativa a Curro Jiménez y el regreso a su segunda casa del diestro granadino El Fandi, que actuó como padrino del diestro de Priego de Córdoba. Curro Jiménez se ha hecho torero en Jaén, donde ya ganó, como novillero, el ciclo de escuelas taurinas. En el que abría plaza estuvo muy voluntarioso, pero nunca llegó a dominar al toro, que acabó aculado junto a los toriles. En su segundo, el de más trapío, añadió a sus ganas de agradar un toreo efectista, con algunas series de rodillas, y gracias a una buena estocada se llevó su primera puerta grande.
David Fandila volvía a su plaza talismán arropado por varios centenares de paisanos incondicionales. Y no defraudó, especialmente en banderillas, donde puso la plaza en pie en su lote. Muy variado con el capote, hizo lo justo para llevarse un trofeo en cada toro y acompañar a su apadrinado Curro Jiménez por la puerta grande.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de octubre de 2007