Varios individuos armados secuestraron el sábado pasado al español José María Sánchez, de 67 años, jubilado, en las proximidades de la ciudad mexicana de Tijuana, junto a la frontera con EE UU. Los delincuentes también raptaron al mexicano-estadounidense Alejandro Luna. Los dos almorzaban en un restaurante en el municipio de Rosarito con varios familiares. Tijuana es una de las zonas calientes de violencia en México, en la que opera el poderoso cartel de narcotraficantes de los Arellano Félix.
Según explicó el cónsul en Monterrey, Francisco Aguilera, las primeras sospechas apuntan a que el objetivo de los secuestradores era Luna, propietario de una agencia de cambio y amigo de la familia Sánchez. El español estaba en México visitando a su hijo, José Alfonso Sánchez, de 36 años, director gerente en el país de la empresa Elevadores EB Internacional, participada por el Grupo Mondragón.
Los asaltantes encontraron resistencia, lo que generó un tiroteo y una persecución que se saldó con tres heridos, dos españoles y una estadounidense, todos de la familia Sánchez. Fueron trasladados a un hospital de la vecina San Diego (EE UU) y están fuera de peligro. Uno de los heridos es el hijo del español raptado. Anoche, las familias de las víctimas no tenían ninguna noticia de los secuestrados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de octubre de 2007