No. Los cambios políticos no van a venir a consecuencia de los Juegos, habrá algo más de marcheta y libertades controladas para el pueblo, pero no dejará de ser una burbuja pasajera dentro de los planes quinquenales del Gobierno comunista, que a la vista de este último congreso controla hasta la respiración de los ciudadanos. Moski.
Sinceramente, no lo creo. Hace más de un año en Pekín ya estaban contando los días que quedaban para el "gran día", para el inicio de los Juegos, para implicarse en un acto que sólo va a reafirmar su espíritu neomaoísta de trabajar por y para la nación, del bien colectivo, de una economía completamente centralizada. Mònica.
Creo que para los Juegos Olímpicos de 2008 los dirigentes chinos montarán unos escaparates en los que veremos todo aquello que éstos saben que el mundo democrático occidental quisiera ver y que les interesa mostrar para lograr sus objetivos políticos y económicos. Tonelete.
Si no la favorecen es que no serán Juegos Olímpicos, sino Juegos Florales que el Gobierno y el pueblo chino presentarán como exclusivos de su régimen y exaltación de su sistema. De cualquier forma, el espíritu olímpico lleva su levadura democrática siempre (ahí está la historia) y, en consecuencia, dejará su impronta en China. Noelneli.
No. Se tendría que haber hecho al revés: "Si respetáis los derechos humanos, algún día podréis celebrar unos Juegos". Me parece una vergüenza que se celebren allí, casi que ayudan a legitimar aún más su regimen; pero bueno, algo parecido pasó cuando se celebraron en Berlín con los nazis, y luego, ¿qué pasó?, ¿acaso se democratizó el Reich? xxZAOxx.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 19 de octubre de 2007