Envoltura de Miró

Nada más oportuno que unir vino y arte, en este caso, pintura. Altanza, pese a su juventud como bodega riojana, lleva elaborando vinos muy dignos, aunque ninguno hasta ahora sobresaliente. No han tenido que esperar mucho. Con un diseño de altos vuelos, lanzan su Lealtanza Artistas Españoles, una colección de tres botellas dedicadas a nuestros genios de la pintura, en este caso a Miró. Lo harán siempre con añadas excepcionales, como lo fue la de 2001, y una elaboración exquisita que busca, ante todo, elegancia, equilibrio y armonía, atributos de toda obra de arte que se precie y algo exigible a los grandes riojanos. Es una delicia comprobar cómo, pese al concepto moderno del vino, que incluye una pesada botella, este tinto recupera la agilidad, el gusto y la impronta de los mejores clásicos. Tiene una nariz delicada pero profunda, intensamente frutal, pero sin atisbos de sobremaduración: moras silvestres, ácidas, bañadas en el tenue aroma de la excelente madera, que aporta un complejísimo juego de especias y tostados, con la frescura mineral al fondo. En boca se muestra sabroso, aterciopelado, de paso ágil, con una expresión frutal nítida capaz de fijarse al paladar para incitar al trago siguiente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de octubre de 2007