Los taxistas no querían disolver ayer la protesta en Cibeles. "Esto quedará en nada, como siempre", dijo uno. Ocho compañeros han muerto en Madrid de forma violenta desde 1990. Y siempre se ha repetido el mismo esquema: paro de repulsa, reunión con las autoridades, promesas de seguridad...
En 1999 murió Rafael Martínez, de un tiro en la cabeza. Entonces ya hubo reunión de las asociaciones de taxistas con las administraciones. Como ayer. También se propuso conectar los coches con Emergencias 112. Ocho años después, está conectado uno de cada tres vehículos.
En 1998, tras el asesinato de otro taxista, se convocó una huelga. Se quejaban, entonces y ahora, de que los vehículos homologados son pequeños para las mamparas. Cuatro años antes, en 1994, tras la muerte de tres conductores, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento acordaron subvencionarlas. Hoy las llevan algo más de un millar de 15.500 coches. Otro conductor murió en 1992. La Delegación del Gobierno anunció controles policiales en zonas de riesgo, los mismos que se pidieron ayer.
En 1990 falleció otro, tras ser atracado. Los taxistas colapsaron Madrid. "Llevamos muchos años pidiendo lo mismo sin que nadie nos escuche", se quejaba uno a la prensa. Han pasado 17 años.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de octubre de 2007