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Acabar con "una sociedad cerrada"

"Me metí en el lío de presentarme para formar parte de una nueva directiva del Real Club Náutico de Vigo cuando cerraron la piscina por insalubre. Aquí no hay un problema ideológico", afirma Celso López Pazos, de profesión ingeniero y vicepresidente de la nueva directiva que promueve un cambio al que se oponen los poderes que antes estban al mando.

Sin embargo, asegura que lo que esta nueva directiva tiene muy claro es que el club con más socios de Galicia (después del Celta y el Deportivo) "se tiene que identificar con Vigo y con su nueva burguesía. Esto no puede seguir siendo una sociedad cerrada".

Lo que confiere al Real Club Náutico de Vigo el papel de emblema del cambio en la clase dirigente de la mayor ciudad de Galicia es que su transición está resultando convulsa y ruidosa. Los nuevos directivos han lanzado una suscripción de capital a 1.000 euros la acción. Pretenden conseguir 6 millones de euros para desarrollar toda la reestructuración.

Parece un problema pequeño para el choque que está generando. "Es inviable, ruinoso y además lo están haciendo con imcumplimiento de la normativa del club", opina el opositor Rafael Tapias.

"No vamos a permitir que este pequeño grupo de gente bloquee la mejora del Náutico, ni que provoque división entre los socios. Aquí cabemos todos", opina Ramón Ojea, comodoro de la sociedad. Dentro de un mes el club celebrará su asamblea anual, un buen test para medir el nivel de la burguesía viguesa.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de octubre de 2007