El eclesiástico preferido de Juan Pablo II en España, el cardenal Rouco Varela, nació en 1936. Es decir, no hizo la guerra ni sufrió sus primeras consecuencias. Pero ha heredado de sus predecesores el tremendismo de las declaraciones por supuestos síntomas de anticlericalismo. Su tesis es que la Iglesia vive hoy una "situación martirial" (el cardenal primado, Cañizares, añade que "hay un proyecto de eliminar a la Iglesia"). Como presidente de la Conferencia Episcopal entre 1999 a 2005 Rouco ha sido el principal impulsor de las beatificaciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de octubre de 2007