La conselleira de Sanidade del Gobierno gallego, María José Rubio, "toca de oído" en lo que al botellón se refiere. Así, al menos, lo entiende el grupo municipal del BNG en Pontevedra tras la manifiesta desaprobación del socialista respecto a la propuesta del concejal de Seguridade Cidadá, Guillerme Vázquez, de trasladar esta práctica al parque de Rosalía de Castro, en los alrededores del recinto ferial y alejado del centro monumental que congrega cada fin de semana a centenares de jóvenes.
"A mí y al grupo municipal no nos va a ganar en sensibilidad y en respeto nadie", aseveró ayer Vázquez que invitó a la conselleira a que "haga sus deberes" y le recordó que el problema del consumo de alcohol es un problema sanitario para el que los nacionalistas están aguardando que "María José Rubio aporte soluciones".
El concejal nacionalista señaló "sin acritud ninguna" que "venir a descalificar las propuestas de los demás sin aportar soluciones nos parece poco razonable" dijo en alusión a las palabras de la conselleira y subrayó que el planteamiento de su grupo municipal sirve para dar respuesta a las demandas de los vecinos que "también deberían ser consideradas".
Casal respalda a Rubio
El debate abierto en torno al botellón evidencia además las primeras divergencias en el seno del bipartito que gobierna el ayuntamiento de Pontevedra, una vez que la portavoz socialista Teresa Casal ya se ha posicionado junto a la conselleira Rubio al entender que desde el Ayuntamiento no se debe propiciar el consumo de bebidas alcohólicas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de octubre de 2007