Un mismo incidente y dos versiones opuestas. Tres jóvenes peruanos denunciaron ayer haber sido víctimas de una "brutal paliza" por parte de varios agentes de la Guardia Urbana. Según su testimonio, recibieron golpes por todo el cuerpo e insultos racistas a raíz de una discusión con un motorista, en Barcelona. La policía local replicó que los jóvenes agredieron primero al motorista y que los agentes intervinieron para protegerle y evitar que la pelea fuera a más.
El controvertido suceso ocurrió la madrugada del lunes. René, su pareja Jessyca y dos amigos más, Robinson y Gilda, regresaban a casa en coche cuando una moto se les cruzó "de forma intempestiva", según su versión. Aprovechando un semáforo en rojo, Robinson se bajó del coche para recriminarle al motorista su actitud. De acuerdo con los denunciantes, una patrulla de la Guardia Urbana abordó bruscamente a Robinson. Según la policía, el conductor del coche había perseguido al ciclomotor hasta hacerlo caer al suelo.
René salió del coche para ayudar a su amigo, ante lo que los agentes le esposaron y le golpearon. La Guardia Urbana dijo, por el contrario, que el conductor agredió e insultó a los agentes, que trataban de ayudar al motorista. Pese a las acusaciones de racismo, se da la circunstancia de que el motorista también es peruano, informó la Guardia Urbana.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de octubre de 2007