Tal y como se temían algunos analistas, los resultados de las empresas financieras estadounidenses van a marcar la pauta al conjunto de los mercados de valores, incluso cuando los bancos locales parezcan capaces de ofrecer unas cuentas bastante saneadas.
Merrill Lynch, el principal banco de negocios de Estados Unidos, anunciaba que en el tercer trimestre tuvo que destinar 7.900 millones de dólares a amortizar activos de riesgo relacionados con hipotecas, algo más del 50% de la cifra adelantada al mercado a principios de este mismo mes, lo que le ha hecho perder 2.310 millones de dólares en ese periodo.
La reacción de los inversores a ambos lados del Atlántico fue inmediata y provocó una corriente vendedora importante que, en el caso del mercado español, adquirió tintes preocupantes, sobre todo para los valores bancarios.
El Ibex 35 perdió el 1,29% para cerrar en 15.231,30 puntos, después de rebotar sin mucho entusiasmo en los 15.187 puntos, muy cerca del principal soporte con que cuenta en esta zona.
La desconfianza de los inversores hacia los valores bancarios españoles coincide con la publicación de resultados del BBVA, que mostraron nula o escasa incidencia de los problemas financieros derivados de la crisis de activos. Hoy publica sus resultados Santander, pero tal y como están las cosas parece difícil que el mercado pueda valorarlos con tranquilidad.
Los analistas insisten en el peligro que representan los resultados empresariales estadounidenses, y tan sólo recuerdan que el soporte de los 15.150 puntos sigue ahí, aunque ahora parezca menos sólido debido a la proximidad.
Para colmo de males, el dato de venta de viviendas usadas en Estados Unidos en septiembre, con una caída del 8%, confirmó que la crisis de las hipotecas afecta con fuerza al mercado inmobiliario, con lo que el miedo al contagio ganó muchos enteros, al menos en la Bolsa española.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de octubre de 2007