Las rebajas de impuestos que ha prometido el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, supondrán una merma de ingresos de 80 millones de euros, según datos de la propia Consejería de Economía y Hacienda.
Las medidas que aplican en la práctica las rebajas en una decena de gravámenes, entre ellos el tramo autonómico del IRPF, el impuesto sobre el patrimonio y el de donaciones, se recogen en la denominada ley de acompañamiento, cuyo anteproyecto ha informado favorablemente el Comité Económico y Social con el voto en contra de los sindicatos.
UGT y CC OO consideran que la política fiscal de Camps merma "la capacidad futura de obtención de ingresos" en un momento en el que, paradójicamente, el Consell exige más financiación al Gobierno central. Aunque la Generalitat argumenta que la reducción de impuestos generará más actividad, más consumo y más empleo, lo que se traducirá en definitiva en más ingresos para las arcas públicas, los sindicatos critican que las reducciones de impuestos que aplica el PP no son justas ya que, en casos como las modificaciones que afectan a los impuestos sobre patrimonio, sucesiones, donaciones y transmisiones patrimoniales, "no tienen en cuenta la necesidad de los presupuestos de cumplir los principios de suficiencia y equidad".
Aunque medidas fiscales como las deducciones para la adquisición de viviendas por parte de colectivos desfavorecidos son consideradas positivas por CC OO y UGT, ambos sindicatos reclaman que, a diferencia de lo que ocurre, "la política presupuestaria priorice las políticas de gasto social, y no tanto las bonificaciones impositivas". El CES, por otra parte, ha vuelto a emplazar al Consell a que no utilice la ley de medidas fiscal, o de acompañamiento, para corregir otras normas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de octubre de 2007