Alrededor de 80.000 personas pasaron por el circuito de Montmeló para presenciar las World Series by Renault, que el sábado y el domingo llenaron de olor a gasolina y a goma quemada el trazado vallesano. Las World Series concluían en Cataluña su campeonato y las dos carreras que se disputaron desvelaron las incógnitas que quedaban pendientes. El portugués Álvaro Parente se proclamó campeón, a pesar de que quienes subieron a lo más alto del podio en Montmeló fueron Miguel Molina y el británico Ben Hanley.
A sus 18 años, Molina, de Lloret de Mar, ganó la primera carrera y logró así su tercer podio consecutivo. "Ganar en Barcelona era algo que había estado soñando", comentó el piloto catalán, que en la segunda carrera fue penalizado con entrar y salir de boxes y perdió todas sus opciones. "Lo que le han hecho es increíble, porque no había cometido ninguna infracción", clamó Sito Pons, el ex campeón mundial de motociclismo, ahora jefe de equipo en las World Series.
En la categoría inferior, la Eurocup Renault 2.0, los nombres del barcelonés Jaime Alguersuari y del británico Brendon Hartley -campeón de la categoría-, ambos de la escudería Epsilon, mostraron los motivos por los que se cree en ellos como futuros pilotos de F-1. Alguersuari, subcampeón de la F-Renault 2.0 italiana con sólo 17 años, acabó segundo las dos carreras de Montmeló, por detrás del británico Jon Lancaster. Pero Hartley, de 17 años, se llevó el título de forma inesperada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de octubre de 2007