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El Salón del Libro juega la baza popular para continuar

A por el público, "para conseguir un segundo Sant Jordi", según el presidente del Gremio de Editores de Cataluña, Antoni Comas. Con esa consigna, fruto de la sensación de que sólo logrando una gran afluencia popular asentará su continuidad, olvidándose ya casi de todo contenido profesional (limitado a cuatro conferencias de bibliotecarios y libreros), el Salón del Libro de Barcelona afrontará del 21 al 25 de noviembre la que se intuye será su crucial tercera edición en el recinto Ferial de Montjuïc en Barcelona.

Todas las iniciativas están encaminadas a esa consolidación popular. Así, hace siete meses, los responsables del salón pasaron la dirección del mismo a la empresa Reed Exhibitions Iberia, especializada en eventos feriales. La empresa es la responsable de la organización de la London Book Fair y del Salon du Livre de París. "El de la capital francesa sería nuestro modelo, porque si bien es un evento destinado al público también es cita obligada entre los profesionales; de momento vamos a consolidarnos este año y luego ya hablaremos de cómo reorientarse", apunta Yolanda Cabos, miembro de Reed Exhibitions y nueva directora del salón.

Otra medida populista para este año será que los dos euros que cuesta la entrada serán retornados con la compra de libros en el propio salón, en el que habrá un centenar de expositores, que acogerán unas 400 marcas editoriales. El evento, que ha congelado su presupuesto en un millón de euros (el 35%, de subvención pública) tendrá en la defensa del medio ambiente y en la edición ecológica el eje central de las actividades, que incluirán un apartado sobre la historia editorial catalana que se incluyó en la exposición central de Cataluña en Francfort.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de octubre de 2007