Me parece imprescindible que la ministra de Fomento y el propio presidente de Gobierno, teniendo en cuenta sus promesas -el 22 de diciembre el AVE estará en Barcelona-, se preocupen por la imprevisión y la premura de las obras y por lo que está ocurriendo en los accesos a dicha ciudad.
Pero los vecinos del Corredor del Henares nos enfrentamos a idéntico caos todos los días, desde hace varios años, sin que nadie haga nada al respecto. De Alcalá de Henares a Madrid, utilices el tren o el autobús, tardas de 60 a 90 minutos en recorrer apenas 24 kilómetros. Ambos medios de transporte colectivo están absolutamente desbordados. El Gobierno regional ha prometido privatizar el tren de cercanías cuando le transfieran las competencias, como negocio añadido para los especuladores, que siguen construyendo viviendas y grandes superficies a lo largo de unas vías de comunicación colapsadas absolutamente, y nadie parece dispuesto a limitar sus actividades.
Cuando solucionen lo de Barcelona, la ministra y el presidente deberían interesarse por lo que está ocurriendo en Madrid, para intentar reordenar este urbanismo tan absolutamente canalla, consentido hasta ahora, en una zona que sigue siendo imprescindible para articular las comunicaciones de todo el territorio nacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de noviembre de 2007