Tenía que ocurrir y ocurrió. El ferry Beni Ansar, que estuvo más de un mes retenido en Almería por orden del Ministerio de Medio Ambiente para evitar su desguace sin control en India, ya está en el muelle de Alang, en el Índico. En esa playa son desguazados a mano y sin control laboral ni ambiental barcos de todo el mundo.
Greenpeace denuncia que la llegada del barco a Alang (que ha pasado en tres meses por cinco nombres y otras tantas banderas, ahora se llama Al Arabia), demuestra que la ley del mar está por encima de los estados. De nada ha servido la oposición del Gobierno español, que ahora alega desconocer la situación del buque.
No es que el Beni Ansar fuese especialmente peligroso, pero contiene pinturas, aceites, metales pesados, clorofluorocarburos y, según Medio Ambiente, también amianto. Esos materiales deben ser tratados si se desguaza en la UE, pero no en India.
El ferry fue construido en Bélgica en 1975, y hasta el mes de julio era propiedad de la empresa marroquí Limadet. Cubría la ruta Almería-Nador. En julio fue adquirido por la empresa India Breakers por 4,2 millones de euros, según el registro internacional de Lloyd's.
El 31 de agosto recibió permiso para zarpar hacia Rumania. Obviamente, la ruta no se cumplió. Burlados los controles, el 24 de octubre ya estaba en Alang.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de noviembre de 2007