El golpe de efecto del presidente francés, Nicolas Sarkozy, al presentarse el domingo en Chad y llevarse a Europa a tres periodistas franceses y cuatro azafatas españolas, ha traído un nuevo motivo de disputa entre el PSOE y el PP.
Para los populares, la actuación del mandatario francés contrasta con "la debilidad" del Gobierno español, que, a su juicio, no ha hecho nada por la liberación de las azafatas españolas. Es más, el ex presidente José María Aznar manifestó a la Cope su sentimiento de "humillación" ante la eficacia de Sarkozy dejando en España a las auxiliares de vuelo. Para humillación, respondió el secretario de organización del PSOE, José Blanco, la que sintieron muchos ciudadanos cuando Aznar "metió a España en la guerra de Irak".
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Pero más allá de las declaraciones, de lo ocurrido en Chad se habló ayer en la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE cuyos miembros escucharon del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, sus impresiones. El presidente, que tenía previsto hablar anoche por teléfono con el dirigente chadiano Idriss Déby, aseguró a sus compañeros que las gestiones del Gobierno español empezaron desde el momento que se produjo la detención de los miembros de la ONG francesa, los periodistas de esa nacionalidad y la tripulación española.
Zapatero consideró ocioso recordar la influencia de París en ese país -fue colonia de Francia- para explicar la facilidad con la que Sarkozy ha actuado. Zapatero aseguró que le ha informado permanentemente de los hechos.
Ciudadanos franceses
Sobre el mismo asunto intervino en la ejecutiva la responsable de Política Internacional del PSOE, Elena Valenciano, para recordar que el presunto delito de tráfico de niños lo han cometido ciudadanos franceses, por lo que corresponde a ese país echar toda la carne en el asador. Tanto ella como Zapatero agradecieron a Sarkozy su actuación, aunque precisaron que el mandatario galo subió a su avión a personas que previamente la justicia chadiana había considerado inocentes.
No obstante, el PP pedirá que Zapatero comparezca en el Congreso para explicar lo que ha hecho. Esta trifulca le parece al coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, del todo inconveniente porque "debilita a la diplomacia" española.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de noviembre de 2007