Bruselas ofreció ayer un regalo a Serbia para facilitarle la aceptación de la independencia de Kosovo, reclamada por los albaneses, la población mayoritaria de este territorio. La decisión sobre el futuro Kosovo está prevista para el próximo 10 de diciembre. El comisario de Ampliación, Olli Rehn, anunció para hoy la rúbrica del Acuerdo de Asociación y Estabilización (AAE), entre la Comisión Europea y Belgrado, lo que constituye un paso muy significativo para la entrada de Serbia en la Unión Europea.
Rehn precisó que la Comisión había adoptado esta decisión, tras "las mejoras" experimentadas por Belgrado en su colaboración con el Tribunal Penal Internacional (TPIY), que persigue a los responsables de los crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia. Por otra parte, Bruselas echó un jarro de agua fría sobre las negociaciones con Ankara, un claro reflejo de las presiones del presidente francés, Nicolas Sarkozy, contrario a la entrada de Turquía a la UE. Según la Comisión, Turquía ha "realizado progresos muy limitados en las reformas políticas en 2007". En concreto, considera que deben hacer más esfuerzos en "libertad de expresión y en los derechos de las comunidades religiosas no musulmanas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de noviembre de 2007