Las obras del circuito urbano de Fórmula 1 de Valencia marchan a toda velocidad. Las empresas encargadas del proyecto trabajan día y noche para poder cumplir los plazos previstos, de manera que en agosto del próximo año pueda celebrarse la carrera incluida en el calendario del Mundial de F-1.
Mientras, la coordinadora Fórmula Verda, integrada por organizaciones ciudadanas y ecologistas preocupadas por el impacto y consecuencias que tendrá el circuito, consideró ayer que las administraciones públicas responsables del proyecto lo plantean como si fuera un "regalo", aunque en realidad "tiene muchos costes para los ciudadanos". La coordinadora ha invitado a Mario Flores, consejero de Infraestructuras, a participar hoy en un debate con el arquitecto encargado de coordinar los proyectos de la urbanización del Grao, José María Tomás. El colectivo duda de que una carrera de F-1 en un circuito urbano tenga el "interés público" que las Administraciones alegan y se pregunta qué "sacan los ciudadanos" de este evento, frente a los costes que tienen que asumir, como "los ruidos, las molestias y la contaminación". El colectivo considera que este tipo de celebraciones se deben plantear a los vecinos para que ellos decidan.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de noviembre de 2007