Los dos adolescentes de Nigrán detenidos y puestos a disposición de la Fiscalía de Menores de Pontevedra acusados de grabar con un teléfono móvil una agresión a otro menor quedaron en libertad tras prestar ayer declaración, a la espera de que el fiscal esclarezca lo sucedido.
Los hechos ocurrieron la pasada semana en un vestuario del Instituto Val Miñor y el teléfono con el que fue realizada la grabación fue requisado por los responsables del centro y guardado en la caja fuerte del mismo. El director del instituto, Eduardo Seco, reconoció ayer que, una vez que conoció los hechos y guardó el móvil, no presentó denuncia ante las autoridades ni avisó a los padres de los niños implicados "porque se iba a tomar una decisión el lunes".
De hecho, fue este mismo lunes cuando entregó el terminal telefónico a requerimiento de la Guardia Civil, a partir de la denuncia que interpuso la madre de la víctima el 5 de noviembre en el cuartel de Baiona.
Según el fiscal de Menores, Jesús Calles, la Guardia Civil le remitió una denuncia contra cuatro menores, aunque dos de ellos tienen menos de 14 años por lo que, según la ley, no se les puede exigir responsabilidad penal. En su caso, la Fiscalía notificará la denuncia a los servicios de Menores de la Vicepresidencia de Igualdade e Benestar.
"Ola" de violencia
En el caso de los otros dos adolescentes, de 14 años, declararon ante el fiscal "en calidad de imputados", tras lo que regresaron a sus domicilios, aunque seguirán bajo la custodia de sus padres en tanto no se decida otra medida. "Antes de pedir al juez de Menores que decida hay que escuchar a la víctima", apuntó el fiscal.
Los dos que declararon son el chico que grabó las imágenes, en las que se ve, según la Guardia Civil, a la víctima encogida hacia delante tras recibir supuestamente un puñetazo (que no se ve en el vídeo), y a la que someten a "burlas, vejaciones y le tiran de la ropa interior", y otro menor, cuya relación con los hechos no fue especificada por el fiscal.
Los servicios jurídicos de la Xunta estudian fórmulas de intervención ante la "ola" de violencia registrada en los centros escolares de Galicia en las últimas semanas, en las que han proliferado agresiones entre estudiantes grabadas con teléfonos. Así lo anunció ayer el titular autonómico, Emilio Pérez Touriño. El presidente mostró su "preocupación" por la violencia creciente que "parece una ola" y admitió que se trata de un problema "complejo" de resolver y que revela una "pauta" de comportamiento que, según él, debería hacer reflexionar a padres y responsables políticos. "Por ese orden", apostilló.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de noviembre de 2007