Las partículas de mayor energía que se conocen en el universo proceden de zonas del cielo donde hay gigantescos agujeros negros en el centro de las llamadas galaxias activas. Este descubrimiento culmina el esfuerzo de muchos científicos durante décadas para averiguar de dónde vienen los rayos cósmicos de alta energía que, al chocar con la atmósfera terrestre genera lluvias de partículas.
Se trata de un fenómeno descubierto en 1938 por el francés Pierre Auger. En su honor se bautizó el telescopio de rayos cósmicos más grande del mundo, instalado en la Patagonia argentina.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de noviembre de 2007