Los universitarios se han manifestado ante la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza con paraguas y chubasqueros para protestar por las malas condiciones de las instalaciones. Sufren frío, goteras y pulgas. En esas condiciones es una hazaña estudiar. Dada su elección de carrera, al menos saben tomárselo con filosofía. Lo malo es que hasta dentro de cinco años no hay presupuesto para reparaciones, en una ciudad donde con motivo de la Expo, de las reparaciones del Pilar, de la ampliación de La Romareda y de la terminación del Seminario se saca dinero de debajo de las piedras. Tal vez es que ya no nos queda dinero ni para que unos chapuzas acondicionen la universidad y se piensa que ese problema no es prioritario. Afortunadamente para ellos, en Zaragoza llueve poco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de noviembre de 2007