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CARTAS AL DIRECTOR

Iluminación navideña

Diariamente se nos bombardea desde las instituciones y los medios de comunicación con recomendaciones para reducir el creciente aumento de CO2. Forma esto parte del compromiso que nuestro Gobierno asumió al firmar el Protocolo de Kioto. Con la llegada de la Navidad, ese ahorro energético se transforma en un mayúsculo despilfarro de energía eléctrica, que no tiene otra misión que la de incitarnos a un consumo desmedido. ¿Cómo podemos permitir que un año más nuestro Ayuntamiento, al igual que los de toda España, se vaya a gastar más de 86.000 euros en la iluminación navideña? Hagan la cuenta. Si 1.000 bombillas emiten a la atmósfera 140 kilogramos hora de dióxido de carbono, ¿cuánto CO2 se emitirá estas navidades? Contando además que el periodo navideño empieza alrededor del 1 de diciembre y que aquí en Zaragoza se van a utilizar 11.912 bombillas. Y estas cifras atañen sólo a la iluminación que pone el Consistorio; añadan también a esta cuenta la de los centros comerciales y demás negocios. Lo que es bochornoso es que el Ayuntamiento, con el señor Belloch a la cabeza, presente este gasto como una mayor inversión para dar lustre a esta Navidad pre-Expo que nos ha caído en suerte.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de noviembre de 2007