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El taxista confiesa ante los Mossos que se inventó su secuestro

El taxista Alberto Berman, de 27 años, que el lunes estuvo desaparecido durante ocho horas, confesó ayer a los agentes de los Mossos d'Esquadra que la historia de su secuestro era mentira y que se la inventó tras comprobar la que había liado al activar la alarma de su coche para indicar a la central de Teletaxi Barcelona, empresa con la que trabaja, de que era objeto de una agresión violenta o secuestro.

De acuerdo con la versión policial, Berman, a media mañana del lunes, decidió dejar de trabajar y enfocó solo la carretera en dirección a Vic con su taxi. En el trayecto, en un arrebato -confesó a la policía-, activó la alarma. Pasadas las horas, al darse cuenta de que más de 1.000 taxistas le buscaban por el área metropolitana creyéndole víctima de un secuestro por parte de tres personas armadas -llegó a correr entre el colectivo del taxi que Berman había sido visto en el lugar del copiloto de su coche y amenazado por una pistola-, decidió que lo mejor para salir bien parado era fingir que había sido secuestrado. A media tarde, cuando su familia vivía horas de angustia y el sector del taxi había iniciado acciones de protesta por las calles de Barcelona ante lo que pensaban que era una nueva acción de violencia, Berman se presentó en la comisaría de los Mossos en Vic y explicó que había sido secuestrado en Barcelona, que le habían pegado en la cabeza y que había estado inconsciente seis horas. Un médido le examinó y comprobó que no presentaba ninguna herida ni en la cabeza ni en ninguna otra parte de su cuerpo.

Ya desde el principio la policía autonómica dio poca credibilidad a la versión del secuestro ante las numerosas contradicciones en las que incurrió Berman. El arrebato del viaje a Vic, que pudo deberse al hecho de querer llamar la atención o a un desequilibrio momentáneo, tiene un antecedente, ya que Berman hace dos años se fue de su casa y dejó una nota de despedida a su familia. El joven regresó al día siguiente.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de noviembre de 2007