Los presidentes de los gobiernos autonómicos de Murcia y la Comunidad Valenciana, Ramón Luis Valcárcel y Francisco Camps, acusaron ayer al Gobierno de España de "deslealtad constante" con ambas comunidades autónomas en materia hídrica, y reiteraron su defensa del trasvase del Ebro y del Tajo-Segura, al que dijeron que no renunciarán "en ningún momento". Valcárcel y Camps, que participaron en Murcia en unas jornadas sobre Ordenación jurídica del trasvase Tajo-Segura, afirmaron que el PSOE quiere convertir a estas regiones en tierras "infértiles y amarillas" con la derogación del trasvase del Ebro y la puesta en cuestión del Tajo-Segura.
"Para justificar lo injustificable, la derogación del trasvase del Ebro, el Gobierno socialista ha ha cuestionado el modelo de convivencia, de creación de empleo, de prosperidad, de crecimiento de Murcia y Valencia", dijo Camps. Para el presidente valenciano ambas regiones "han sufrido un ataque constante y permanente" por parte del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Según Camps, se ha atacado de "forma brusca, como jamás nunca nadie había atacado a un territorio autonómico y a la forma de ser de sus ciudadanos". Valcárcel, que lamentó el "retroceso en el camino emprendido" a causa de esta derogación, señaló que ahora se pone nuevamente en cuestión otro trasvase como es el Tajo-Segura.
La reivindicación de los dos presidentes choca de frente con la posición del PP en Aragón, donde el proyecto del trasvase del Ebro es frontal genera un rechazo frontal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de noviembre de 2007