La Comisión Europea aprobó ayer un drástico plan de reforma de las telecomunicaciones en busca de un auténtico mercado único continental. El cambio da autoridad a los reguladores nacionales para que dividan las capacidades de los operadores de sus países en red y en servicios. También crea un regulador paneuropeo que vigile y coordine a los reguladores nacionales. Para el consumidor, las novedades se traducirán, entre otras cosas en un mayor acceso a la banda ancha y en el poder cambiar de compañía en un solo día laborable.
"A partir de hoy, el mercado único sin fronteras para los operadores de telefonía y los consumidores ha dejado de ser un sueño", dijo Viviane Reding, comisaria de Competencia.
La reforma entra ahora en un proceso de debate y reajuste comunitario que en el mejor de los casos hará que sea efectivo a partir de 2010.
Lo que la Comisión propone es dar a los reguladores nacionales (la CMT en España) la capacidad de forzar a los compañías nacionales (Telefónica en España) a abrir sus líneas fijas a la competencia y a separar la red propiamente dicha de los servicios que por ella circulan.
Algunas compañías nacionales con larga historia y de países grandes, como la propia Telefónica, Deustche Telekom o France Télécom han manifestado su desacuerdo con esta medida, arguyendo que desincentivará las inversiones. La tesis contraria es mantenida por compañías de menor calado, que ahora tendrá un mejor acceso a la red.
La Comisión pretende también crear una nueva Autoridad Europea del Mercado de las Telecomunicaciones formada por la actuación colegiada de los actuales 27 reguladores nacionales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 14 de noviembre de 2007