La Bolsa española continúa con el movimiento lateral iniciado días atrás y que, según los analistas, no abandonará hasta que se produzca el vencimiento de los contratos de opciones y futuros de este mes. Al margen de esta importante circunstancia, está la indefinición de la Bolsa de Nueva York, cuyos movimientos han recuperado importancia como creadores de opinión entre los inversores europeos.
El Ibex 35 terminó esta sesión con un recorte del 0,53% y en 15.725,80 puntos, debido a la debilidad de los grandes valores, cuyos recorridos parecen agotados por el momento.
La última operación corporativa, la oferta sobre Iberia, consiguió animar algo el ambiente, sobre todo porque toma como objetivo más bajo el nivel de referencia de la otra posible oferta con que contaba la compañía. También Bankinter destacaba en esta última sesión al esperar una parte del mercado algún tipo de movimiento en su accionariado.
La relativa calma de la Bolsa española chocó con el ambiente vendedor del resto de las plazas europeas en las que las últimas previsiones de crecimiento económico y los indicadores de confianza parecen haber hecho mella. París bajaba el 0,93% y Francfort el 1,49%, mientras que Londres perdía el 1,13%.
La atención de los inversores estaba puesta en la publicación del IPC de Estados Unidos del mes de octubre, que subió al 3,5% en tasa interanual. No obstante, los inversores decidieron que el 2,2% que ofrecía la tasa interanual de inflación subyacente era un dato capaz de frenar la posibilidad de una subida de los tipos de interés.
La aparente solidez de los mercados es la que está propiciando ese deslizamiento lateral del Ibex 35, amparado por una firme resistencia en los 15.900 puntos y un sólido soporte en 15.620. Las dificultades para romper cualquiera de esas dos referencias, en ausencia de acontecimientos extraordinarios, es la que permite que el mercado espere en calma el vencimiento de los contratos de futuros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 16 de noviembre de 2007