El entonces primer ministro portugués y anfitrión de la cumbre entre EE UU, Reino Unido, España y Portugal, revela que les fueron mostrados documentos con información que no se correspondía con la realidad. El país que más insistió para la celebración de la reunión, según explica, fue España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 19 de noviembre de 2007