El Crédit Agricole es el primer banco de Francia por volumen de activos y el tercero por valor en Bolsa (36.000 millones) tras BNP y Société Générale. Controla, desde que absorbiera Crédit Lyonnais, el 28% del mercado galo. En el contexto mundial se sitúa entre los 10 grandes por activos, según las clasificaciones de las revistas Forbes y The Banker. Sus orígenes son tan modestos como los de las pequeñas cajas rurales de crédito agrícola que prestaban exclusivamente a corto plazo, sobre las cosechas anuales, a los campesinos.
La primera de estas cajas -el origen de este gigante- se creó en 1885 en la pequeña localidad de Salins. Pero no es hasta finales del siglo XIX cuando una ley reguló este tipo de establecimientos y les permitió ampliar su campo de acción a medio plazo, por ejemplo para la compra de ganado.
En 1920 se creó la Oficina Nacional del Crédito Agrícola que, en 1926, se transformó en la Caja Nacional del Crédito Agrícola. Ésta tuvo un papel determinante durante la profunda crisis económica de los años treinta.
Ya en la posguerra, gracias al auge económico de la década de 1960, con el nombre de Crédit Agricole, SA, amplió su radio de acción a todos los sectores económicos. Pero fue en las dos últimas décadas cuando adquirió el tamaño actual, absorbiendo a través de compras, o con participaciones estratégicas, grupos bancarios en Italia y Europa Central y del Este. El salto definitivo, sin embargo, llegó en 2003 cuando se fusionó con otro grande, Crédit Lyonnais.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de noviembre de 2007