El cineasta aragonés Carlos Saura presentó ayer en el Teatro Principal de Santiago de Compostela su último filme, Fados, dentro de la V Mostra Portuguesa, que se desarrolló en varias localidades de Galicia durante la última semana. "Esta película es consecuencia de mis obras anteriores", señaló el director, en referencia a cintas musicales como Sevillanas (1992), Flamenco (1995) o Tango (1998).
"Me propuse, sobre todo, ver cómo se había llegado al fado y cuáles eran las influencias externas", explicó, "abrir puertas de la misma manera que ya lo intenté en Sevillanas y Tangos". Para el viaje que Saura emprendió a través de la música portuguesa por excelencia se sirvió del procedimiento documental común en su modo de operar: "El único argumento de la película es una rigurosa selección musical". La antología de nombres que participan en Fados -Mariza, Chico Buarque, Lila Downs o Caetano Veloso- fue realizada por Carlos Saura junto al cantante Carlos do Carmo.
El realizador recordó a los espectadores que casi llenaban la sala compostelana el origen del fado. "Una prostituta gitana a mediados del siglo XIX es el primer registro de lo que fue el fado", relató. Y quiso rescatarlo del estigma salazarista: "Amalia Rodrigues, como Lola Flores, fueron artistas por encima del bien y del mal".
Carlos Saura estuvo acompañado en la presentación por la directora de la Escola Superior de Artes Cinematográficas de Galicia, Virginia Ramírez, y por el secretario general de Comunicación, Fernando Salgado. A la proyección también asistió el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de noviembre de 2007