La policía iraquí detuvo ayer en Bagdad a 43 personas, entre ellas 12 agentes de una compañía de seguridad privada, tras un tiroteo en el que resultó herida una mujer, según informaron fuentes gubernamentales iraquíes. Dos ciudadanos estadounidenses figuraban entre los agentes detenidos. Las fuentes iraquíes no precisaron el nombre de la compañía privada por la que trabajaban.
Un portavoz del Gobierno de Bagdad explicó que el convoy de 31 trabajadores -21 ciudadanos de Sri Lanka, nueve de Nepal y uno de India- escoltado por doce guardaespaldas abrió el fuego sobre civiles en las calles de la capital mientras se dirigía al aeropuerto, hiriendo a una mujer. Las circunstancias en las que se produjo el tiroteo no quedaban claras a última hora de la tarde de ayer.
"Este es un mensaje a las compañías de seguridad privadas: nadie está por encima de la ley", dijo el portavoz.
El papel de las compañías de seguridad privada en Irak es objeto de discusión desde que 17 iraquíes murieron en septiembre en un tiroteo en el que actuaron miembros de la compañía estadounidense Blackwater.
La legislación aprobada por la Administración estadounidense garantizaba a los guardaespaldas extranjeros inmunidad ante la acción de la justicia iraquí. Pero el revuelo causado por el caso Blackwater empujo al primer ministro Nuri Al Maliki a cambiar la legislación. La reforma todavía no ha sido sometida al Parlamento.
Blackwater, quien es encargada de la protección a la embajada de Estados Unidos en Bagdad, mantiene que sus agentes actuaron legalmente respondiendo a la amenaza a la que estaba sometido el convoy que protegía.
El incidente ha dado pie a intensas investigaciones. El Pentágono y el Departamento de Estado han desde entonces aceptado endurecer la legislación en la materia. Irak mantiene que son presentes en su territorio al menos 180 compañías de seguridad, en su mayoría europeas y estadounidenses.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 20 de noviembre de 2007