La manifestación de los trabajadores de los autobuses interurbanos de Alicante provocó un nuevo colapso del tráfico entre el acceso norte y el centro de la ciudad durante toda la mañana de ayer. Unas 200 personas se sumaron a la marcha de los trabajadores de La Alcoyana, desde la avenida de Dénia hasta el Ayuntamiento. Estos trabajadores secundaron ayer masivamente el tercer día de paro en demanda de mejoras salariales.
La huelga empieza a hacer mella entre los 60.000 usuarios afectados (un viajero abofeteó a un chófer por el retraso del servicio) sin que el Ayuntamiento ni la Generalitat se alteren. El alcalde, Luis Díaz Alperi, señaló que el Consistorio "no tiene ninguna relación con la empresa, contratada por la Generalitat". Mientras, el titular del Consell, Francisco Camps, hizo oídos sordos a las demandas del colectivo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 21 de noviembre de 2007